Mindfulness
(niños y adolescentes)
La palabra «Mindfulness» ha sido traducida al español como Atención o Consciencia Plena.
El Mindfulness tiene su origen en las prácticas orientales de meditación, concretamente, del budismo zen.
El impulso en occidente ha sido dado por Jon Kabat-zinn, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, desde donde se han hecho numerosos estudios para demostrar los efectos positivos en la salud física y emocional en relación a la práctica del Mindfulness.
Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consiente a la experiencia del momento presente, con interés, curiosidad y aceptación.
Esto, nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente.
Hemos adaptado estas técnicas para poder trabajar con niños y adolescentes con dificultades en la gestión de emociones, control de impulsos y déficits atencionales.
Al practicar mindfulness, los niños/as aprenden a focalizar su atención en el momento presente, siendo capaces de responder a una situación en vez de sólo reaccionar a ella, de reconocer lo que les inquieta y distrae, y cómo gestionarlo.
Esto les facilita hacer aprendizajes socio-emocionales y académicos de una forma más relajada y consciente.
Solemos utilizar estrategias poco útiles para tratar con un niño distraído, impulsivo o intranquilo, como levantar la voz, amenazarle o castigarle.
Con el Mindfulness se entrena a los niños para que:
- Centren su atención
- Consigan tomar consciencia ellos mismos de su inquietud
- Aprendan a relajarse
- Aprendan a controlar su respiración
- Controlen sus conductas impulsivas
- Gestionen adecuadamente sus emociones
- Contacten con sus sensaciones y alarmas corporales
Mediante ejercicios de relajación y atención consciente, se consigue estimular el sistema límbico, el encargado de procesar las emociones. De este modo se aumenta la capacidad de regulación emocional y la visualización de imágenes, así como la producción de endorfinas, reduciendo los estados de alerta y aumentando la sensación de felicidad.
Sé consigue también que el niño aumente la consciencia de sí mismo, así como ampliar su concentración, disminuyendo su la distracción.