Esta terapia fue creada por Harald Blomberg, psiquiatra de origen sueco, basándose en el trabajo de Kerstin Linde.

Consiste en la realización de unos ejercicios rítmicos, suaves y coordinados que se pueden hacer de forma activa (los realiza el propio sujeto) o pasiva (otra persona ayuda al sujeto en la realización del movimiento). Estos ejercicios están basados en los movimientos espontáneos que hacen los bebés de manera natural antes de conseguir ponerse de pie y caminar, y que les sirven para su desarrollo y maduración del cerebro. Han sido adaptados para ser realizados por niños y adultos.

La práctica de estos movimientos estimula distintas áreas del cerebro (tronco encefálico, cerebelo, ganglios basales y corteza prefrontal). Este hecho conseguirá:

  • Mejorar el lenguaje y el habla
  • Mejorar la atención y la concentración
  • Disminuir la impulsividad e hiperactividad.
  • Mejorar el tono muscular
  • Mejorar de la coordinación y el equilibrio
  • Madurar e integrar los Reflejos Primitivos
Sí tu hijo se tropieza mucho, se le caen las cosas de las manos con facilidad, tiene mala postura cuando se sienta a escribir, mala letra, no puede parar quieto, tiene enuresis y problemas para controlar esfínteres, mareo en el coche, no es capaz de abrocharse los cordones de la zapatillas, salta de un renglón a otro cuando lee, puede ser que no tenga integrado alguno de los reflejos primarios.
En la Fundación Neuronest podemos evaluarlo y, en caso de ser necesario, realizarle un programa personalizado de ejercicios para integrar estos reflejos.